(Milonga)
EMI-ODEÓN (Año 1957) |
En mis rejas del
penal
asomaba noche y
día
y engarzada en
su rosal,
y engarzada en su rosal
una rosa
florecía.
Y engarzada en su rosal
una rosa florecía.
A fuerza de ver
la rosa
sentí por ella
cariño,
la quise como
una diosa,
la quise como una diosa
por su blancura de armiño.
Del penal yo
quise huir
quebrantando mí
condena,
mas vi a la rosa
sufrir,
mas vi a la rosa sufrir
marchitándose de
pena.
Y por no sentir
sus quejas
desistí de mi
evasión,
seguí preso tras
las rejas,
seguí preso tras las rejas
de aquella
triste prisión.
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