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| DISCOPHÓN (Año 1981) |
El viento en la montaña
me llama a voces
porque hace mucho tiempo
que me conoce.
Cuando niño subí a la montaña
creyendo que estaba más cerca de Dios
pero un niño con poco se engaña
y entonces la vida a mí me engañó.
Pero luego cumpliendo mi sino
yo vi en mi destino la mano de Dios
sin riquezas me dio pan y vino
sembró mi camino de paz y de amor.
Acompaña al solitario
y levanta al que ha caído
te da fuerza en tu calvario
y protege al desvalido.
Él perdona al que le ofende
y al que sufre le consuela
vive junto a los humildes
y con los pobres se queda.
Viento, no me llames,
baja tú hasta el llano.
Que ahora sé, aunque tú no lo digas,
que por mi fatigas me tiende su mano.
(Estribillo)
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